ESCARABAJO (II) (Leptoderis Collaris)

Leptoderis Collaris o Elenophorus collaris en su denominación antigua, es un escarabajo que no se ve con facilidad a pesar de su gran tamaño. Mide entre 1'5 y 2 cm aproximadamente y destacan en su morfología unas patas considerablemente largas en proporción al cuerpo, así como una cabeza y un protórax mucho más estrechos que los élitros (las alas anteriores modificadas por endurecimiento de las mismas).
Su color como se aprecia en la fotografía es completamente negro.
En la península se distribuye por la mayor parte de la franja mediterránea fundamentalmente. No es frecuente en el interior peninsular y no está presente en Galicia y la franja cantábrica.
Se trata de una especie trogloxena, es decir, pasa gran parte de su desarrollo en cuevas si bien las abandona para buscar alimento. Tanto las larvas como los adultos se alimentan de materia en descomposición, ya sea de origen animal o vegetal. Suele asociarse a la presencia de murciélagos.
Suelen refugiarse bajo rocas o en muros de ruinas. También se les puede ver en lugares lúgubres como sótanos de casas abandonadas o edificios antiguos, bodegas... No obstante lo más común es encontrarlo en cuevas o galerías. El ejemplar de la foto se encontró en una galería excavada entre las localidades de Gebas y El Berro.
Según la información consultada, Leptoderis Collaris se puede considerar un fósil viviente y sólo tiene un pariente vivo, en Sudamérica: el género Megalenophorus.
Agradecer la identificación a Juan Carlos Martínez, experto de http://www.biodiversidadvirtual.org/.
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2 comentarios:

  1. Me alegro de saber de este blog y de esta entrada, vi a este escarabajo en una cueva en Carrascoy de unos 10 metros, donde no hay murcielagos pero si quedan restos de estiercol de ganado. Me llamaron la atencion y mira por donde aqui estan. Saludos.

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  2. Interesante el dato de la presencia de estiercol. Supongo que alimentándose de materia es descomposición tendrán hábitos coprófagos también.
    La verdad que es un escarabajo bastante llamativo, sí. A priori recuerda a una Pimelia sp. pero inmediatamente llama la atención la longitud de sus patas.
    Además, el hábitat en el que suele encontrarse hace que tenga cierto "misterio" al verlo, cosa que casi siempre ocurre cuando vemos fauna de hábitos cavernícolas.
    ¡Un saludo de Espuña a Carrascoy!.

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